En lo que significa una noticia resonante para el rico e intenso mundillo artístico bolivarense, el ascendente trovador urdampilletense Rafael Doorish fue entrevistado el fin de semana para el programa La Viola, un clásico que desde hace más de veinte años conduce los sábados a la medianoche Bebe Contepomi para la señal de tv Todo Noticias (TN). 

Allí, Rafa habló de su álbum, Molino, primera producción que da a conocer, en formato físico (próximamente) y plataformas digitales con el apoyo del prestigioso sello El Club del Disco, integrado sólo por canciones propias (la mayoría con letra de su hermano Alejandro), que no son otras que las que ha venido desgranando en esta década y media de trajinar los escenarios, mayormente los locales pero también y cada vez más los porteños y del país:  Pared enfrente, Nido, Mudanza y Rumor del viento, entre otras, que ya se han quedado a vivir en los oídos y el corazón de los bolivarenses, y que ahora se proyectan al país. La placa, mayormente cocinada durante la pandemia pero con canciones que en varios casos habían sido compuestas antes, fue lanzada en la Argentina a finales del año pasado, y seguramente también en algunos países de Latinoamérica. 

En algunas piezas, Doorish contó con la colaboración de baluartes de la canción rioplatense de siempre, como el uruguayo Hugo Fattoruso, Daniel Melingo y Gustavo Santaolalla, entre otros/as célebres figuras que brindaron su apoyo a un artista en el que indudablemente creen. De eso se habló en la entrevista con el programa del Bebe, y también del periplo que llevó a Rafa a la denominada gran ciudad hace ya doce años, con lo que implicó en lo personal dejar su amado pueblo, con sus deseos, su inexperiencia y una mochila de sueños que han empezado a cumplirse, porque  además de lo que significa un disco bajo el brazo con el apoyo de El Club del Disco y el vínculo con esa prestigiosa casa, en este período post pandemia ha salido a presentar la obra en salas porteñas y de otros puntos del país, y no es descabellado esperar verlo pronto en algún festival grande.  

Molino “está totalmente atravesado por Urdampilleta”, dijo con orgullo el cantautor cuando el cronista de La Viola le mencionó que en el tema Mudanza se advierten, como caricias de nostalgia, destellos de ese proceso de desarraigo de casa en busca de horizontes mayores, que es común a tantos músicos y artistas en general del interior. “Es (el álbum) autobiográfico, todo está referenciado hacia la infancia, mi familia, mi casa, mi patio, ahí nace”, completó. Aunque puntualmente en Mudanza, agregó que la atmósfera urdampilletense que perfuma el tema está imbricada con sonoridades de la vidala, que conoció en Salta, el candombe y la murga uruguayos y el bandoneón, instrumento-símbolo nacional que abrazó al meterse “un poco más en el barro porteño”. Todos esos elementos conviviendo allí conforman “una simbiosis muy linda de un muchacho que vino de un pueblo de mil quinientos habitantes a encontrarse con todas esas sonoridades y el clima de Buenos Aires”.    

La Viola no es el único programa de la tele nacional en el que ha aparecido, en esta etapa de expansión artística el bolivarense también ha sido entrevistado en varios ciclos de radio que se escuchan en todo la Argentina, y además ha realizado dos giras en México, que comienza a constituirse en una suerte de segunda patria para un músico empeñando en viajar, conocer y abrir fronteras; en crear, crecer y desarrollarse como artista.  

Así es que Rafa Doorish raspa su suerte, trabaja duro y sigue ganando. 

Chino Castro